La región de Champagne
Champagne es la región de vino espumoso más famosa del mundo, rodeada de pintorescas colinas y viñedos. Se encuentra en el noreste de Francia, a 200 km de Paris. Los pueblos principales de Champagne son Reims, Epernay y Ay, muchas de las casas de champán más prestigiosas, como Krug, Veuve-Clicquot, Roederer, Pommery, Mumm, Piper-Heidsieck, Taittinger, y Moët & Chandon, entre más de 300 bodegas o Maison de Champagne, están ubicadas en dichas poblaciones.
Las uvas permitidas en la Denominación de Origen Champagne son siete, pero principalmente la Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Meunier copan la mayoría de la producción, las restantes Pinot Blanc, Pinot Gris, Arbanne y Petit Meslier son variedades con las que antiguamente se elaboraba champagne y que actualmente están más en desuso, aunque hay algún elaborador que está recuperándolas, es un sólo 3%.
El suelo de la zona es en gran parte tiza, proporcionando a los vinos una mineralidad distinta. El clima es frío y duro, y las añadas son inconsistentes, lo que dio lugar a la práctica de la mezcla o coupage.
El monje Dom Perignon
Fue a mediados del siglo XVII cuando los campesinos de la región de Champagne para competir con los vinos de Borgoña, comenzaron a diferenciarse haciendo vino blanco a partir de uvas negras. Lo llamaron el "vino gris", que lo denominaron así por su blancura y brillantez, que imita al cristal, y que tendría un gran éxito en la Corte del Rey de Francia.
Epernay es sobradamente conocido por estar cerca de la Abadía de Saint-Pierre, donde el legendario monje benedictino, Dom Pérignon, responsable de las viñas, prensas y bodegas pertenecientes a la Abadía de 1668 a 1715, supuestamente inventó el Método de elaboración de un vino espumoso, aunque algunos creen que Limoux (en lugar de Champagne) es la región donde se practicó por primera vez la segunda fermentación en botella.
Limoux es mucho más fresco que las regiones cercanas debido a la elevación extremadamente alta de los viñedos y la influencia del Atlántico. La capacidad de este clima para producir vinos refrescantes con acidez brillante ha llevado a sus residentes a especializarse en vino espumoso.
Algunas de las Maison de Champagne y sus bodegas son admirables
Un reconocimiento real
Es en Reims, en el corazón de la región de Champagne, donde los reyes de Francia eran coronados. Las ceremonias, iban acompañadas de fiestas en las que el champagne fluía libremente. Muy rápidamente apreciado por su sabor y delicadeza, el champagne se convirtió en el vino que se ofrecía en homenaje a los monarcas que venían a la región.
Fue en el siglo XVIII que el champán comenzó a ganar renombre mundial, gracias a famosos trotamundos como Claude Moet, Philippe Clicquot, Florenz-Louis Heidsieck y en el siglo XIX, Pierre-Nicolas-MariePerriet-Jouet, Mumm, o Bollinger acabaron de rematar la labor de sus antecesores dándole al Champagne Francés esta imagen glamurosa y elegante que tanto le distingue en todo el mundo. Viudas famosas como la Sra. Pommery, la Sra. Clicquot y la Sra. Perrier se tuvieron que hacer cargo de los negocios de sus esposos y completaron la promoción de un champán de calidad irreprochable.
Quizás sea por esta relación entre el champagne y las coronaciones de la realeza francesa que esta bebida siempre se ha vinculado con las celebraciones y festejos.
Matices sobre el champagne francés
El champán no es un vino como los demás. Lo que lo distingue es realmente su paleta de sabores, incluso los champagnes hechos de pinot noir o pinot meunier ofrecen matices que no se perciben en ningún vino blanco tranquilo. La diferencia real es, por supuesto, las burbujas que juegan un papel importante en los acordes de mesa.
Si vamos a servir el champagne por la noche es importante no cansar el paladar con champagnes demasiado vinosos, lo que cuenta en este momento es la frescura y la delicadeza de las burbujas.
Champagne francés en el aperitivo
El champagne se sirve tradicionalmente en ese momento. Lo ideal es comenzar las festividades con un Champagne blanc de blancs elaborado solo con uva chardonnay, porque nos aportará frescura, mineralidad y un toque de frutas tropicales que lo hacen ideal para el aperitivo.
Champagne en el primer plato
Si nuestro plato entrante está compuesto por productos marinos como ostras, vieiras, almejas, coquinas, navajas u otros moluscos podemos seguir con el mismo champagne del aperitivo o pasar a un champagne brut joven. En el caso de crustáceos como la langosta, langostinos, gambas, bogavante, cigalas, centollos, nécoras, etc, o pescados con algún tipo de salsa, los acompañaremos con un champagne un poco más vinoso y de mayor edad.
Champagne francés con el plato principal
Para acompañar aves asadas (pavo, pollo), tomaremos algún champagne de uva pinot noir, o pinot meunier en su base. Si nuestros platos son más elaborados con carnes rellenas, pescados con salsas contundentes, el champagne ideal son los grandes cuvées, que a menudo han sido envejecidos diez años en la bodega.
Champagne francés con quesos y postres
La mayoría de los champagnes van bien con muchos quesos, siempre y cuando no sean demasiado fuertes. Durante mucho tiempo, el champagne fue solo un vino de postre y aunque actualmente los distintos tipos de champagne son ideales para acompañar todo tipo de platos, en los postres sigue siendo el rey, aunque no debemos saltarnos algunas reglas.
- El champagne rosado es perfecto para nuestros postres de frutos rojos del bosque, y para tartas clásicas, lo ideal sería algún champagne dulce o semidulce.
- El champagne no es realmente adecuado para el chocolate, especialmente si os gusta negro, amargo, con un alto porcentaje de cacao.
Dom Pérignon , Mumm , Ruinart , Taittinger , Bollinger , Piper-Heidsieck , Gosset, Lanson.