La marca Padre Azul tiene su origen en la historia de amor entre un joven austríaco, HP Eder, y una bella joven mexicana de Jalisco, Adriana Álvarez Maxemin. Ambos se conocieron en Austria y cuando la relación se consolidó llegó el momento en el que Eder viajó a México para conocer a la familia de Adriana. El suegro de Eder, como buen mexicano, sacó una botella de tequila para celebrar la reunión familiar. Eder quedó altamente impresionado por aquel tequila ya que en aquel entonces en Europa los tequilas que llegaban era de baja calidad. A esa admiración por el tequila le siguió la fascinación por las costumbres y la cultura de México. Esa fascinación viajó de regreso a Austria donde Eder, Adriana y un grupo de amigos decidieron importar ese tequila a Europa. Fue entonces cuando el padre de Adriana les sugirió que en lugar de importar el tequila, fabricaran una nueva marca de tequila. Así nació Padre Azul.
La destilería de Padre Azul se encuentra ubicada en Amatitán, un pueblecito muy cerca del famoso pueblo Tequila. El nombre Padre Azul es la unión de la expresión mexicana "Qué Padre!" y del "ágave azul", utilizado para la fabricación del tequila. La calavera/tapón pesa 270 gr. y es un homenaje al Día de los Muertos, la festividad más importante de la cultura mexicana. El forrado de piel cosida es también una referencia a las máscaras que usan los luchadores mexicanos de lucha libre.
Sin lugar a dudas el tequila Padre Azul nace del amor por el tequila, por México, por la calidad y por el detalle.
